Realmente no existe una edad que se considere adecuada para mantener relaciones sexuales; los ancianos también son sexualmente activos aunque no siempre con la misma frecuencia que puedan llegar a tener los más jóvenes.
Según los expertos, el apetito sexual puede terminarse por algunos problemas físicos, bien por voluntad propia o bien por alguna otra razón.
A medida que nos vamos haciendo mayores el sexo va cambiando. Los adultos mayores pueden tener una buena sexualidad con su pareja pero teniendo en cuenta algunas consideraciones. Por poner un ejemplo: existen algunos medicamentos para tratar el colesterol o la hipertensión que pueden terminar afectando al deseo a la vez que provocar todo tipo de trastornos sexuales.
Otro de los factores que afectan a la pérdida de apetito sexual es la depresión; a veces la puede llegar a causar alguna medicación.
Conforme van pasando los años, el cuerpo va sufriendo los estragos de la edad. En el caso de la mujer llega a la menopausia en donde se pierde la lubricación natural; de esta forma se dificulta el hecho de tener relaciones sexuales.
En el caso de los hombres se puede llegar a producir lo que se conoce como andropausia: disminución del orgasmo por lo que es necesario erotizar todo el cuerpo, es decir, llevar a cabo unos preliminares mucho más intensos para conseguir una excitación de lo más destacada.
Sin embargo, también las relaciones sexuales se vuelven mucho más especiales. Con el paso del tiempo se ha aprendido lo que le gusta a la pareja, se conocen todo el cuerpo a la perfección y saben cómo pueden darle ese empujón tan especial en ciertos momentos.
El sexo en la tercera edad puede llegar a ser algo perfecto… eso sí, siempre teniendo en cuenta que no va a ser igual que antes.