Antes de comenzar a hablar sobre el sexo extremo es importante que tengas en cuenta que todo lo que vayas a realizar o tengas la intención de hacer debe ser consentido por tu pareja, en caso de no entrar dentro de sus propias fantasías sexuales al menos sí que ha de consentirlo, cabe la posibilidad que entre tus fetiches se encuentre alguno que sea del gusto de tu pareja, en tal caso no debes forzar ningún tipo de actuación por su parte.
¿Qué es el sexo extremo?
Una vez dicho esto, hablemos sobre el sexo extremo, este en el que la libertad del ser humano le lleva a buscar su propio placer de las formas más insospechadas e incluso se busca ir más allá en cuanto a la búsqueda del placer.
El denominado sexo extremo se viene llamando así desde no hace demasiado tiempo, anteriormente también conocido como perversiones, pues se entendía que se trataba de prácticas sexuales poco convencionales.
Para algunos, la puesta en práctica de algunas fantasías, como la participación de una tercera persona, el juego de dominación-sumisión, usar objetos, etc., se realiza después de haber tenido una relación bastante extensa en el tiempo con la otra persona y con el fin de encontrar ese rincón en el que se esconde un placer que viene por una fuente diferente a la normal.
Tienen que tener en cuenta que estas prácticas no resultan ser malas, pero tampoco buenas, al menos desde el punto de vista psicológico, para nada una aberración como lo han calificado algunos, tan solo una búsqueda de cumplir el objetivo del placer por el camino que haga falta.
Lo que sí se han de tener claros son los riesgos que corres cuando practicas sexo extremo, porque en algunos casos se utilizan objetos o prácticas que pueden llevar a tener algún trauma o herida física e incluso psíquica en caso de no realizarlas “dentro de un orden”.